La Unión Europea busca implementar fuertes políticas para la reducción de plásticos

 

 

14 de abril del 2023, Ciudad de México -  En noviembre del año pasado, la Comisión Europea propuso regulaciones que requerirían que las empresas que venden productos en los países de la Unión Europea (UE) produzcan empaques que sean más fáciles de reutilizar, reciclar o, en algunos casos, compostar. La comida para llevar, las bebidas frías y calientes, el vino y otras bebidas alcohólicas deberán proporcionarse, al menos en parte, en envases reutilizables para 2030, y las normas limitarán el espacio vacío innecesario en los envases. El objetivo general de la UE es reducir los residuos de envases en un 5 % para 2030, en comparación con los niveles de 2018, y en un 15 % para 2040.

 

“La Unión Europea está desempeñando un papel de liderazgo en la defensa de un acuerdo global legalmente vinculante y de gran ambición en el marco del proceso de la ONU para poner fin a la contaminación del plástico”, señaló Steve Fletcher, director del Centro de Políticas Globales de Plásticos en la Universidad de Portsmouth en el Reino Unido. “Las propuestas actuales están alineadas con esa gran ambición que quieren ver desarrollada a través del proceso del tratado”.

 

En los últimos cuatro años, la UE ha abogado por un mundo menos dependiente del plástico en negociaciones internacionales. Su propuesta compone un marco regulatorio que limite el uso de los productos químicos más dañinos utilizados en el plástico, un aumento del contenido reciclado y controles más estrictos en la producción de plásticos.

 

La industria del plástico es compleja y global por naturaleza. El plástico generalmente se extrae en forma de combustibles fósiles en un país, luego se convierte en materia prima y se envía a otro lugar, donde se convierte en un producto de consumo, el cual se transporta  nuevamente y finalmente llega al consumidor. Después de que se usa, la mayoría del plástico se envía a un vertedero, y lo que se recicla a menudo termina contaminando ríos y océanos. No importa cómo se elimine, cada kilo de plástico que sale al mercado ya ha provocado casi 3 kg de emisiones de gases de efecto invernadero a través de su producción; si se incinera, eso agrega otros 2.7 kg, según las estimaciones de la UE.

 

Por otro lado,  las empresas que fabrican y venden plástico trabajan en todo el mundo, y no existen estándares internacionales para la generación de bioplástico, biodegradabilidad, compostabilidad, reutilización y reciclabilidad. La orientación y las etiquetas para los consumidores muchas veces son confusas o inexistentes.

 

La UE está a la vanguardia de la regulación en este asunto. Sus decisiones tienen un impacto más amplio que sus fronteras, tanto en las empresas que abastecen a los consumidores de la UE como en los gobiernos de las naciones que la rodean. La UE propone y aboga por que la regulación sobre la generación de plásticos sean sistémicas, integrales y de un alcance más amplio que los esfuerzos previos.

 

Con información de: BloombergGreen

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