Disminuir las emisiones de metano reduciría al 30% el ritmo de calentamiento global

Ciudad de México, 6 de mayo de 2021.- Un artículo publicado en la revista Environmental Research Letters explica que una reducción rápida y a gran escala en las emisiones de metano –en las industrias de petróleo y  gas, así como de la agricultura a gran escala– podría frenar el ritmo de calentamiento global hasta en un 30% para 2030, evitando un calentamiento medio global adicional de 0.25ºC para mediados de siglo, y más de 0.5ºC para 2100. El metano tiene un poder de calentamiento de 80 veces superior al del dióxido de carbono (CO₂).

 

La reducción de 0.5ºC supondría una diferencia crítica en un mundo que intenta mantener el calentamiento por debajo de los 2ºC.  Representaría 10 millones de personas menos en riesgo debido al incremento del nivel del mar, disminuir a la mitad las personas con problemas de acceso al agua y que la mitad de especies vegetales y animales pierdan su hábitat natural.

 

La Dra. Ilissa B. Ocko, autora principal del artículo explica que "es esencial actuar rápidamente para reducir las emisiones de metano. Incluso un ligero retraso supondría la pérdida de importantes beneficios al medioambiente. Es una oportunidad que no vamos a recuperar". Añadió que  "para obtener estos beneficios, los responsables de la toma de decisiones deben abordar el metano directamente y no asumir que el problema se resolverá por sí mismo como resultado de las políticas de reducción de CO₂".

 

Alrededor del 80% de las acciones tendrían que provenir de los principales productores de petróleo y gas, reduciendo las fugas de metano en las fases iniciales de sus procesos productivos.

 

Si no se toman medidas, se prevé que las emisiones de metano procedentes de las actividades humanas seguirán aumentando durante el resto del siglo, y que se incrementen 70% o más para 2100, con un total mundial superior a 600 millones de toneladas métricas al año, procedentes esencialmente por la ganadería, el petróleo y el gas, y los vertederos.

 

La creciente atención a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se produce al mismo tiempo que las innovaciones en tecnologías de detección y medición del metano. Estas soluciones van desde detectores manuales hasta sensores transportados en aviones y drones no tripulados. Cada vez más investigadores y responsables de la toma de decisiones recurren a la detección por satélite para identificar y medir las emisiones.

 

Con información de: Environmental Defense Fund

 

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