China se compromete a convertirse en carbono neutral para 2060
¿Es suficiente para evitar el caos climático?
Ciudad de México, a 29 de septiembre de 2020.- El pasado 22 de septiembre del año en curso, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, anunció que el país se esforzará por ser carbono neutral para 2060. "La humanidad ya no puede permitirse ignorar las repetidas advertencias de la naturaleza y seguir el camino habitual de extraer recursos sin invertir en conservación”, mencionó Xi.
Ser carbono neutral significa que China eliminaría la misma cantidad de carbono que está emitiendo a la atmósfera para lograr cero emisiones de carbono netas. Por ende, para 2060, China solo usaría fuentes de energía limpia y capturaría o compensaría las emisiones restantes. Pero los reguladores chinos aún tienen que definir la ruta de acción para llegar a tal meta.
La meta mencionada coloca a China en alineación con la Unión Europea, el Reino Unido y otros países que se han comprometido con la neutralidad de carbono para 2050, lo que, según el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), es necesario para evitar el aumento de 1.5ºC de calentamiento a nivel global. Estados Unidos, algunos estados y ciudades alrededor del mundo, también han seguida esta ruta de acción. Por ejemplo, en Estados Unidos, el ex gobernador Jerry Brown firmó una orden ejecutiva en 2018 para que California sea carbono neutral para 2045. Y el gobernador de Michigan asumió el mismo compromiso el pasado 23 de septiembre de 2020.
Junto con el compromiso de ser carbono neutral para 2060, Xi Jinping también anunció que el país presentaría un conjunto de objetivos más ambiciosos en virtud del Acuerdo de París, por lo cual China apuntaría a alcanzar un pico de emisiones de carbono antes de 2030, aumentando el compromiso desde año.
Los últimos anuncios climáticos también representan mayor congruencia con el papel más asertivo de China en la gobernanza global bajo el gobierno de Xi: el país se ha vuelto más activo en instituciones internacionales dominadas durante mucho tiempo por países occidentales, y creó sus propias instituciones, como el Banco Asiático de Infraestructura e Inversión (Asian Infrastructure and Investment Bank).
El compromiso de Xi para 2060 "refleja la resolución de China de asumir la responsabilidad internacional de abordar el cambio climático", dijo Li Zheng, vicepresidente ejecutivo del Instituto de Cambio Climático y Desarrollo Sostenible de la Universidad de Tsinghua.
Además de las motivaciones geopolíticas, China también es altamente vulnerable ante el cambio climático, que representa consecuencias como las inundaciones catastróficas de este verano en la cuenca central del río Yangtze, hasta el incremento de las olas de calor y el aumento del nivel del mar, que tendrá un gran impacto en ciudades costeras como Shanghai para 2050.
Sin embargo, transformar una economía tan intensiva en carbono en los próximos 40 años representa una tarea titánica. “China todavía está en el proceso de desarrollar su economía, el consumo de energía seguirá aumentando y depende en gran medida del carbón. Lograr la neutralidad de carbono en estas circunstancias es muy difícil”, dijo Li Zheng.
China aún tiene que publicar un plan oficial sobre cómo alcanzaría la neutralidad de carbono, pero los investigadores climáticos han trazado ciertos caminos. La buena noticia: los investigadores dicen que es posible. Algunos de los cambios clave ya están en marcha, i.e. fomentar uso de los vehículos eléctricos y las energías renovables. Pero China entrará en territorio inexplorado si se trata de reestructurar las industrias de acero y cemento.
¿Qué se necesitaría para que China alcance carbono neutralidad para 2060?
La Comisión de Transiciones Energéticas (Energy Transitions Commission), una coalición mundial de expertos en energía y miembros de la industria comprometidos con el logro de los objetivos del Acuerdo de París, publicó un informe en colaboración con el Rocky Mountain Institute (RMI por sus siglas en inglés) el año pasado que modela cómo China podría llegar a emisiones netas de carbono cero para 2050.
Concluyen que “es técnica y económicamente viable que China logre emisiones netas cero para 2050 a un costo económico muy pequeño para el crecimiento y los niveles de vida del consumidor. China está bien posicionada para obtener una ventaja competitiva tecnológica de la transición a cero emisiones netas. ".
No obstante, aún existen algunas preocupaciones entre las cuales se incluyen la transición social masiva a medida que las regiones de “Cinturones de óxido” se alejan del carbón y el acero, las implicaciones para la competitividad internacional si otros países no descarbonizan su economía al mismo ritmo y la manera en que los gobiernos locales y nacionales pagarán por la nueva infraestructura.
El escenario del estudio no incluye todos estos detalles, y es solo una ruta posible, pero muestra la magnitud de los cambios que China tendrá que hacer en los próximos años y los desafíos involucrados: comenzando por el sector energético, de acuerdo con el consenso de expertos sobre la descarbonización, un reto mayor en China, es electrificar su economía tanto como sea posible, desde el cambio a vehículos eléctricos hasta el uso de electricidad en lugar de carbón para ciertas áreas industriales. Para llegar a la neutralidad en carbono, la generación de electricidad actual de China tendrá que duplicarse a 15,000 TWh para 2050, según las estimaciones de RMI.
En 2019, casi el 70% de la generación de electricidad de China provino de fuentes térmicas (90% de las cuales son carboeléctricas). En el escenario de RMI, para el 2050, esa cifra se reducirá a solo un 7%, escenario que prevé la instalación de nuevas tecnologías que usen gas natural y mecanismos de captura de carbono.
Para reemplazar a los combustibles fósiles, China tendrá que crear una red energética a través de la energía eólica y solar; ambas tecnologías combinadas, podrán suministrar el 70% de la electricidad. Es importante mencionar que China ya es un referente en el mundo en energía eólica y solar, pero la capacidad tendría que aumentar casi 15 veces y la inversión tendría que duplicarse para la energía solar y triplicarse o cuadriplicarse para la eólica para alcanzar dicho objetivo.
“La dificultad de descarbonizar el sector energético radica en mejorar la flexibilidad del sistema”, dijo Chen Ji, director del RMI en Beijing y coautor del informe. Para respaldar esta red de energía renovable cuando el sol no brilla y el viento no sopla, el país dependería de un vasto sistema de baterías y almacenamiento hidroeléctrico bombeado, así como de la capacidad térmica restante, energía nuclear expandida, energía hidroeléctrica y biomasa, con base en este escenario.
La descarbonización de la red eléctrica es solo el primer paso. Los principales consumidores de combustibles fósiles del país (transporte, edificios e industria) también tendrían que transformarse por completo, aprovechando la nueva generación limpia. En el escenario, todos los vehículos de pasajeros y todos los trenes tendrán que funcionar con electricidad. Asimismo, el país ya tiene la red ferroviaria de alta velocidad más grande del mundo (que utiliza electricidad); bajo el escenario, aumentará en un 50% alcanzando 45,000 km de vías. China también es el líder mundial en la producción de vehículos eléctricos, pero los autos eléctricos solo representaron el 2.5% de las ventas totales en 2018, por lo que la producción tendrá que aumentar.
Estos cambios son monumentales por sí mismos, pero el mayor desafío es descarbonizar el transporte y la industria, de acuerdo con Chen. La aviación, el transporte marítimo y el transporte por carretera son muy difíciles de electrificar, en parte porque la mayoría de las baterías de los vehículos eléctricos no están diseñadas para suministrar energía en distancias tan largas.
De manera similar, es difícil electrificar la producción industrial, como explicó David Roberts de Vox a principios de este año. Para alcanzar las altas temperaturas necesarias para producir acero y cemento, se suele utilizar coque, carbón procesado de alta calidad. La producción de acero por sí sola es responsable del 15% de las emisiones de CO2 de China, por lo que encontrar alternativas al carbón es fundamental.
En tanto, sí hay una solución viable para estos sectores: el hidrógeno. “La electrificación aunada a una economía basada en hidrógeno será la solución tecnológica para la transición energética para una China carbono neutral”, dijo Chen. El hidrógeno es uno de los principales competidores para reemplazar el coque en la producción de acero y otras industrias, pero no es barato y la producción de hidrógeno verde es aún más cara, explicó Roberts.
Para fabricar acero en 2050, el escenario RMI propone una combinación de reciclado de acero y uso de hidrógeno o carbón con captura de carbono para producir acero nuevo (el modelo exige una división 50/50 entre los dos métodos).
El problema es que China apenas está comenzando a explorar el uso de hidrógeno para acero y cemento. China tiene que "empezar desde cero", según Chen. Hay un gran interés en el hidrógeno, pero proviene de las empresas de carbón que quieren utilizar su carbón para producir hidrógeno en lugar de utilizar energías renovables para producir el "hidrógeno verde" necesario, explicó Chen.
“En estos sectores más difíciles de abatir, el hidrógeno es una solución, pero todavía existen grandes desafíos para hacer que la producción de hidrógeno sea amigable con el ambiente”, dijo Chen.
Es vertiginoso considerar la escala de cambios necesaria para impulsar la industria del hidrógeno para abastecer a los gigantes industriales y transporte de larga distancia de China, aunque ello es sólo una pequeña parte de la transición completa que requerirá llegar a cero emisiones de carbono.
Y aunque el escenario puede ser técnica y económicamente factible, los cambios sistémicos en la sociedad china también deben tenerse en cuenta. Se debe considerar que millones de trabajadores de las industrias del carbón y el acero tendrían que pasar a nuevos trabajos. Chen dijo que "la transición es muy, muy difícil", y agregó que los gobiernos locales de las provincias ricas en carbón se han centrado en este tema durante mucho tiempo.
Si bien abordar las emisiones de carbono por sí solo es una tarea colosal, el objetivo de Xi para 2060 no menciona los distintos gases de efecto invernadero (GEI) además del CO2, los cuales representaron el 16% de las emisiones totales GEI en 2014 y que también deberán tomarse en cuenta durante esta transición.
La manera en que China pretende lograr la neutralidad de carbono se desarrollará una vez que se establezca una hoja de ruta oficial, pero la necesidad inmediata es clara: establecer objetivos climáticos a corto plazo que se alineen con esta nueva visión a largo plazo.
Las noticias de los últimos meses han generado preocupación y esperanza sobre la trayectoria de las emisiones de China en los próximos años. Incluso cuando Xi Jinping anunció el objetivo de 2060 y pidió a los países que "logren una recuperación verde de la economía mundial en la era posterior al Covid", las emisiones de China durante el verano aumentaron en comparación con el año pasado, impulsadas por la inversión del estímulo post Covid-19 en proyectos de infraestructura intensivos con uso de carbono. De la misma forma, un análisis publicado en Carbon Brief encontró que las provincias clave están invirtiendo más en proyectos de combustibles fósiles en comparación con los proyectos de energía con bajas emisiones de carbono. Mientras tanto, China también elevó sus objetivos de energía renovable en junio después de superarlos, pero las provincias han aprobado nuevos proyectos de energía con fuentes del carbón a su ritmo más rápido desde 2015.
En su discurso de la Asamblea, Xi Jinping también se comprometió a tomar medidas más firmes a corto plazo, diciendo que China mejoraría sus objetivos en virtud del Acuerdo de París y se esforzaría por alcanzar un pico de emisiones antes de 2030, en lugar de "alrededor de 2030", el compromiso inicial del país. (Las emisiones de CO2 de China crecieron un 2% el año pasado).
Los próximos meses revelarán cuán seria es la postura de China para acelerar su descarbonización. Se esperaba que los países presentaran su nueva ronda de Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) a finales de año a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. El proceso puede retrasarse para algunas naciones debido a la pandemia, pero China aún puede publicar su NDC mejorada en los próximos meses. En marzo, China también publicará su próximo plan quinquenal, que establecerá objetivos para la economía, así como para la energía y el cambio climático.
"Las políticas actuales no indican que China está en camino de alcanzar este objetivo", dijo Angel Hsu, experto en política climática china de la Universidad de Carolina del Norte, refiriéndose al compromiso de 2060, "por lo que será interesante consultar el 14º Plan Quinquenal de Energía y qué objetivos y políticas se incluyen allí que podrían darnos una indicación de cómo China puede planear alcanzar este objetivo a largo plazo ".
Hsu dijo que el anuncio de China también puede tener un efecto dominó en otros países, ya que, si se elige abordar de manera más ambiciosa al cambio climático, en ausencia del liderazgo de Estados Unidos, China deberá participar en las próximas negociaciones importantes de la ONU sobre el cambio climático en la COP-26, la cual se celebrará en noviembre de 2021 en Glasgow, Reino Unido.
“Para China, que está experimentando consecuencias económicas negativas post Covid como cualquier otro país, salir y hacer este tipo de declaración audaz sobre la neutralidad en carbono podría potencialmente influir en el equilibrio de los países que han estado adoptando un enfoque de solo esperar y observar, mejorando el enfoque hacia sus compromisos climáticos con una ambición mayor antes de la COP-26 ”, finalizó Hsu.
Con información de VOX.