Tailandia avanza en sus objetivos climáticos a través del desarrollo de un Sistema de Comercio de Emisiones nacional
Ciudad de México a 7 de septiembre de 2020.- Tailandia depende en gran medida de los combustibles fósiles para satisfacer sus necesidades energéticas, sin embargo, muestra una disminución prometedora en la cantidad de emisiones de CO2 y energía. Con un ambicioso objetivo de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en sus compromisos en virtud del Acuerdo de París, Tailandia ha comenzado a cambiar el enfoque de su política energética hacia la eficiencia y transición hacia energías limpias. Colocar un precio al carbono acelerará enormemente su progreso hacia este propósito y de una manera rentable.
Si bien Tailandia tiene cierta experiencia en la creación de mercados voluntarios de carbono, y actualmente considera aplicar un sistema nacional de comercio de emisiones, se enfrenta con una serie de obstáculos. Estos se relacionan particularmente con la naturaleza del sistema energético del país y el entorno político. Asimismo, las partes interesadas carecen de las herramientas adecuadas para participar en un sistema comercial. Por ello, la Agencia Internacional de Energía (IEA por sus siglas en inglés) junto con la Organización de Gestión de GEI de Tailandia (TGO por sus siglas en inglés), están trabajando en conjunto para ayudar al gobierno a superar estos obstáculos.
La transición de Tailandia hacia un futuro con bajas emisiones de carbono se aceleraría con la implementación de instrumentos que colocan un precio al carbono, considerados el núcleo de la combinación de políticas centrales (climáticas y energéticas); como una forma de asignar los costos de las emisiones a quienes las emiten. En tanto, se aprovecha el mercado para favorecer las soluciones bajas en carbono y permite formas rentables de reducir emisiones en todos los sectores involucrados, tomando en cuenta los dos tipos de instrumentos económicos de Precio del Carbono: El Sistema de Comercio de Emisiones (SCE) y los impuestos al carbono.
Un precio estable del carbono puede conducir a una transición de energía limpia y un desarrollo económico sustentable, al tiempo que se mantiene la seguridad energética, se apoya a la innovación, se aumenta la eficiencia y se impulsa el retiro de activos intensivos en generación de emisiones. Tal es el caso del SCE California, EE.UU. Sus emisiones de GEI del sector generación de electricidad, disminuyeron en un 30% entre el inicio del Programa en 2013 y 2017 debido al retiro de instalaciones carboeléctricas que se trasladaron hacia energías renovables. Además, los ingresos del programa financiaron las inversiones climáticas en California, tales como la investigación en combustibles renovables, incentivos para vehículos limpios, instalaciones de eficiencia energética, protección contra incendios forestales y desarrollo de la fuerza laboral una economía baja en carbono.
Tras haber confirmado su contribución de emisiones a nivel nacional, en virtud del Acuerdo de París en 2016, Tailandia está implementando varios planes de acción para alcanzar su objetivo de reducir las emisiones de GEI en 2030 a un 20,8% por debajo del nivel inicial. Su Plan Maestro Nacional de Cambio Climático (2015-2050), se refiere al mercado de carbono como un mecanismo potencial para lograr reducciones de emisiones específicas en industrias clave y promover la eficiencia energética de manera más amplia. Se espera que la próxima Ley de Cambio Climático delinee instrumentos específicos de preparación para un sistema nacional de comercio de emisiones, con una decisión del gabinete en 2022.
La experiencia de Tailandia en los mecanismos del mercado de carbono comenzó en 2007, cuando el gobierno estableció TGO para implementar y gestionar proyectos de emisiones de GEI. El organismo público lanzó dos programas en 2013:
Lo más significativo es que en 2015, la TGO lanzó el Plan de Comercio Voluntario de Emisiones de Tailandia después de seis años de preparación, el cual está diseñado comenzar con una prueba Piloto, estableciendo la infraestructura para desarrollar un sistema nacional de comercio de emisiones e identificar brechas y oportunidades. La primera fase (2015-2017) estableció y probó las características de diseño del mercado y el sistema de Medición, Reporte y Verificación (MRV). Durante la segunda fase (2018-2020), la TGO tiene como objetivo fomentar una participación más amplia y desarrollar las capacidades comerciales de los participantes.
Tailandia se ha beneficiado del Plan Piloto de comercio de varias formas: además de adquirir valiosos conocimientos y capacidad sobre los mercados de carbono, ahora cuenta con el marco legal para establecer un sistema de comercio de emisiones eficaz.
Fundamentalmente, el Plan Piloto también ha revelado las brechas de preparación de Tailandia, que encajan en tres temas generales.
En el corto plazo, es posible que el gobierno deba ajustar el diseño del SCE para que se adapte mejor a la estructura y las regulaciones específicas del mercado de energía de Tailandia. A largo plazo, la regulación y operación del sector energético también pueden requerir algunos cambios para integrar una mayor proporción de energías renovables variables al tiempo que se garantiza la seguridad eléctrica y la asequibilidad que también resolverían los desafíos de compatibilidad con el SCE.
El sector eléctrico participó en el primer año de la fase piloto del SCE antes de dejar el programa. Los operadores expresaron su preocupación por su limitada flexibilidad para responder a las señales económicas del precio del carbono. Tenían poco margen para reducir las emisiones de GEI, dado que las mezclas de combustibles están determinadas por el Plan de Desarrollo de Energía, y la producción y el consumo de combustible de cada planta de energía están determinados por los acuerdos de compra de energía y combustible. Las tarifas eléctricas reguladas también dificultaron la compra de derechos de emisión, ya que los productores de energía no podían generar derechos excesivos para vender.
La ventaja de un SCE emisiones es que los mecanismos de flexibilidad y las diversas opciones de diseño permiten que el límite del sistema se ajuste a los objetivos e impactos de otras políticas, al tiempo que mantiene la estabilidad y la confianza de los inversores.
En términos más generales, las políticas energéticas y climáticas existentes pueden servir para diferentes objetivos, como la seguridad energética y la asequibilidad, la protección del ambiente, la reducción de las emisiones de GEI o la adaptación al cambio climático. En algunos casos, estos objetivos pueden alinearse. Por ejemplo, Tailandia puede satisfacer las intenciones de reducir las importaciones de gas natural por razones fiscales y de seguridad diversificando los recursos de generación de energía. En otros sectores, pueden requerir una coordinación más fuerte, como garantizar que el desarrollo de la energía renovable sea económico y factible para las partes interesadas dentro de la estructura actual del mercado eléctrico de Tailandia.
El progreso que Tailandia ha logrado en la fijación de un precio al carbono, brinda una valiosa oportunidad para desarrollar e implementar componentes posteriores de un SCE. Esto tendrá que suceder previo a la implementación de un SCE nacional y obligatorio.
Con información de The International Energy Agency (IEA).