Las emisiones globales de metano se incrementaron al nivel más alto registrado por actividades en la ganadería, agricultura y los residuos
Ciudad de México a 17 de agosto de 2020. - Las actividades de la ganadería y la quema de combustibles fósiles han impulsado las emisiones globales de metano al nivel más alto registrado hasta ahora, lo cual podría iniciar el proceso del aumento en niveles del calentamiento global de 3 °C a 4 °C.
Desde el año 2000, las emisiones del gas de efecto invernadero han aumentado en más de 50 millones de toneladas al año, lo que equivale a 350 millones de automóviles circulando o al doble de las emisiones totales de Alemania o Francia, según el último estudio de estimaciones de emisiones globales de metano realizado por un equipo mundial de científicos.
Los hallazgos, publicados en las revistas científicas Earth System Science Data y Environmental Research Letters, evidencian que más de la mitad del metano en la atmósfera ahora proviene de fuentes antropogénicas. En esta proporción, la ganadería, la agricultura y los vertederos representan alrededor de dos tercios, mientras que la industria de combustibles fósiles, compuesta por el petróleo, gas y carbón, constituye el resto.
El metano ocupa el segundo lugar después del dióxido de carbono en contribución al calentamiento global; el gas se libera en cantidades mucho más pequeñas, pero es 28 veces más potente para atrapar el calor durante un período de 100 años.
En 2017, el año más reciente del que se disponen datos, la atmósfera del planeta absorbió casi 600 millones de toneladas de metano, un 9% más que en los primeros años del siglo, cuando las concentraciones eran relativamente estables.
Rob Jackson, profesor de la Facultad de Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Stanford, en California, y quien preside el Proyecto Global de Carbono, mencionó que las actividades humanas, desde la revolución industrial habían aumentado las emisiones de metano hacia la atmósfera en 2.6 veces, en comparación con 1.7 veces para el dióxido de carbono.
El metano es más potente que el CO2 en sus efectos climáticos, por lo que debería implicar una concentración de esfuerzos para reducir las emisiones, dijo Jackson.
“El CO2 sigue siendo el objetivo para combatir, pero el potencial de calentamiento del metano es el siguiente en importancia. Tomar acciones contundentes con el metano puede hacernos ganar tiempo para abordar al CO2 y reducir en medio grado el aumento máximo de la temperatura global”, dijo. “Soy optimista acerca de las posibilidades para encontrar grandes emisores de metano, utilizando drones y satélites, pero es más difícil reducir las emisiones de mil millones de vacas que eructan y mil millones de ovejas, sectores de la ganadería donde las opciones dietéticas y el manejo del estiércol son muy importantes ".
El cambio es notoriamente diferente según el sector y la ubicación. Las emisiones de metano agrícola aumentaron casi un 11% en el período de estudio, mientras que las de combustibles fósiles aumentaron un 15%. A nivel regional, los mayores aumentos, de 10 a 15 millones de toneladas al año, se registraron en Asia, África y Oceanía, principalmente debido a la agricultura. En Estados Unidos, la mayor parte del aumento de 4.5 millones de toneladas durante la última década se ha atribuido al fracking y otras formas de perforación, tubería y consumo de petróleo y gas.
Europa fue el único continente que registró una disminución gracias a las fuertes medidas implementadas para reducir las emisiones del sector ganadero y la industria. El Ártico también vio pocos cambios en su comportamiento de emisiones de metano, lo cual provoca que aumenten los temores sobre la liberación del metano capturado en la región, como consecuencia del derretimiento del suelo permafrost. Los autores dijeron que no podría haber una estabilización mundial en las emisiones de metano a menos que los gobiernos tomaran medidas rápidas.
Marielle Saunois, de la Universidad de Versailles Saint-Quentin-en-Yvelines, en Francia, quien fue la autora principal de uno de los artículos científicos mencionados, publicado en la revista Earth System Science Data, dijo que existen soluciones que no necesariamente requieren una reducción en el consumo. “Las políticas de manejo de emisiones han reducido las emisiones de los vertederos, el estiércol y otras fuentes aquí en Europa. La gente también come menos carne de res y más de aves y pescado”, dijo.
Se cree que el confinamiento por coronavirus ha tenido un impacto menor en las emisiones de metano que en el CO2 y el dióxido de nitrógeno, ya que la agricultura no se ha visto tan afectada por las medidas adoptadas, en contraste con los sectores del transporte y la industria.
Con información de The Guardian.